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Ricardo Geronazzo, el cardiólogo nuclear argentino que tiene una conexión fuerte con Bolivia

Ricardo Geronazzo, el cardiólogo nuclear argentino que tiene una conexión fuerte con Bolivia

UCOM-ABEN 30-07-2023.-  Ricardo Geronazzo, el cardiólogo nuclear argentino que estuvo esta semana en las ciudades de La Paz y Santa Cruz invitado por la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), cuenta que tiene una fuerte conexión con Bolivia, no solo por su vínculo profesional sino también por el familiar.

 

El especialista nacido en Salta, ciudad ubicada al norte de Argentina, llegó de niño y adolescente muchas veces al oriente del país, pues sus abuelos maternos eran de Charagua (municipio ubicado en la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz).

 

“Mi vínculo con Bolivia es desde siempre. Por mi familia materna y porque toda mi infancia y adolescencia transcurrió en Jujuy, pues mi padre era de ahí. Viví hasta los 17 años en esa provincia que es limítrofe con Bolivia, entonces hay un vínculo fronterizo estrecho”, comenta.

 

Por otro lado, las últimas tres veces que estuvo en Bolivia fue por su vínculo profesional con la ABEN. En esta oportunidad llegó para hacer estudios de cardiología nuclear a los pacientes del Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia El Alto. Asimismo, participó del conversatorio organizado por la ABEN sobre los beneficios de la medicina nuclear.

Para Geronazzo, Bolivia en este momento tiene una gran oportunidad histórica de la mano de la ABEN por los tres componentes clave que tiene la Red CMNyR: asistencial, docencia e investigación. “La investigación y la formación de los recursos humanos son pilares de la ABEN. Esto, sin duda, marca un antes y un después en el área de la medicina nuclear en Bolivia”.

 

“Espero que sigamos manteniendo esta relación con la ABEN. Es excepcional lo que están haciendo acá en Bolivia. El proyecto es sumamente desafiante y cómo lo encara su directora, Hortensia Jiménez, es realmente admirable”, destaca el cardiólogo.

 

Geronazzo estudió Medicina en la provincia de La Rioja y luego se fue a Buenos Aires para especializarse en cardiología nuclear. Decidió formarse en esta subespecialidad porque el año 1994 su padre sufrió un infarto. “Por la enfermedad de mi padre decidí especializarme en cardiología, así como mi esposa estudió oncología porque su padre falleció de cáncer. Muchas veces estos sucesos hacen que los médicos decidamos por una u otra subespecialidad”, relata.

 

Es un apasionado de la cardiología nuclear por las grandes satisfacciones que le da prevenir y tratar infartos. “El infarto del corazón es la primera causa de muerte en el mundo, hacer cardiología es enfocarse en prevención, en adelantarse a que los sucesos pasen”, afirma.

 

Para este profesional argentino, al margen de la tecnología y la infraestructura de un centro de salud, es muy importante saber acompañar a las personas en su dolencia.“Tenemos como objetivo primero el bienestar del paciente, hay que hacerlo sentir cómodo y contenido. Debe estar seguro de que las personas que lo atienden lo están acompañando de la mejor manera. Esa es la filosofía con la cual nosotros nos formamos”.

 

Destaca que la medicina está tendiendo a ser cada vez más humana y recomienda que no hay que dejarse llevar por la tecnología porque si bien es muy buena hay que dejarla de lado cuando uno tiene que escuchar, acompañar, dar una palmada en el hombro. “Es importante mantener un lado humano que nos permita conocer a las personas”, resalta.

 

Reconoce que los médicos históricamente siempre fueron muy soberbios, lo que se debe ir  dejando de lado. “Es un proceso difícil, pero es un proceso de aprendizaje humano. Aprendemos constantemente, todo ser humano debe estar abierto al aprendizaje”, recomienda.

 

La familia para Geronazzo es fundamental, es la que le da contención en todo momento. Está casado hace 25 años con la oncóloga Aida Caram con quien tiene dos hijas: Vera de diez años y Allegra, quien tiene siete años. “Nosotros somos muy unidos, nos extrañamos demasiado cuando yo viajo. Por eso trato de viajar lo menos posible, vengo acá a Bolivia porque me gusta mucho, me siento tan a gusto en este país que siento que pertenezco acá”, cuenta.

 

El destacado especialista en cardiología nuclear vive en la provincia de La Rioja, aunque su trabajo principal lo realiza en la ciudad de Buenos Aires, donde está a cargo del laboratorio de cardiología nuclear de la Fundación Centro de Diagnóstico Nuclear (FCDN). Actualmente, también es jefe de servicio de medicina nuclear en una clínica privada de La Rioja.